Pues bien, cruzando el estrecho apartamento en el que no soy más que un
extraño en medio de los usuales gritos de infantes risueños y exasperantes,
llego al balcón en busca de esa paz en forma de café y humo nicotinado, y casi
aplasto con mis pies una mariposa, que, por cuestiones personales, decidió
esperar el sucio contacto de mi suela. Tomé su vida de un par de días entre mis
dedos de ochenta años, le pregunté cómo quería morir siendo tan joven, y
ella, hermosa, cobarde ante mis ojos inquisidores, gritaba con su color a mi
impotencia que a la grandeza le era indiferente la longevidad, que ya había
llevado al clímax su belleza y sólo quedaba esperar el último tic-tac de su
reloj vital de baterías viejas, lo cual no era opción para su vivaz
naturaleza...
Era imposible negar la brillantez de mi bello insecto, así como era imposible
negar cuán profundo podía calar en la agotada, mísera y resignada vida de un
viejo roto hasta el alma como yo. Sumergido en la estupefacción, prendí otro de
mis suertudos amigos, saqué una pluma, e intenté comenzar la búsqueda de mi
acto de grandeza. Escritor, pintor, revolucionario, músico, actor, amante,
marido, persona, bailarín, deportista, escultor, astrónomo, químico, ingeniero,
malabarista... Opciones de las proezas que cruzaron unos días que lucen
diminutos a la distancia, pero, que no son más que pensamientos, y me hacen
llegar a la conclusión de que ni siquiera tuve la grandeza de fracasar porque
nada lo intenté (¡Aaaaay,maldita sea!).
Se quema el tiempo y el cigarrillo entre mi dedos, se pierde el papel ante el
absoluto vacío, y sólo me prendo del arranque heróico de esa pequeña hermosura.
¿Qué le pasó a este tiempo tan absurdamente largo desde que nací y por qué no
tiene nada? La bella tiene más historias en cada pata que yo en todo mi enorme
cuerpo oxidado por la humedad de las oficinas. Trescientos sesenta y cinco
multiplicado por ochenta, multiplicado por veinticuatro, multiplicado por la
desgracia de ser un número enorme que soy yo y que no tiene nada.
goma.
ResponderEliminarnunca dejes de escribir, se feliz...que te amen.
ResponderEliminar...gomita...