martes, 13 de septiembre de 2011

Martes 13

Hoy el día comenzó bajo la inexorable presencia de la indigestión por toda la comida que la depresiva noche me incitó a devorar, acabé "París era una fiesta", es decir, me quedé sin libros vírgenes en el terreno ya supraviolado de mi biblioteca personal, y para cerrar con broche de oro, tenía qué trabajar... Bien, seguiré mañana, porque me van a cerrar el café internet, qué mierda...

Continuaré... Y llego al trabajo, un llamado de atención escrito por una evaluación a la que no tuvieron la delicadeza de avisarme que tenía qué ir, explota la capuchinera y me deja con manchas de café sobre una blusa blanca mientras mi cara me daba aspecto de dálmata; sin saldo en mi tarjeta necesito pedir un abono de una propina ya de por sí escasa... Llego a casa para encontrarme en mi solo desastre, este cruel acabose que no acaba al siguiente día...

Y hoy, una lid idiota con lo único que me une a esta fatídica ciudad a la cual me vine fugada exactamente hace seis meses...

No creía en presagios inanes sobre días especialmente fatídicos... Pero, ya no me son tan ínfimos después de todo... Martes 13