martes, 28 de febrero de 2012

Rictus nocturno

En el trance de la alucinación vaticinadora de la medianoche, refugiándome en el cieno de mis botas, veo las libretas apuntando horas, nombres, la mollizna juegueteando con las hojas como sangre derramada en la vieja batalla contra el viento... Y esa sombra perenne escanciando sus contornos sobre amarillo: y la sentencia excecrable de sus ulteriores agonías.

La infranqueable frontera entre este retazo de oscuridad y el advenedizo olvido, engulle mis párpados en la pira dejando la ceniza insomne a la deriva, corriendo orate por las desbaratadas avenidas, escalando ida por las enredaderas para besar el pico de aquel cuervo del "nunca más"... Para despedirse de la noche, del amarillo y de la sombra consumida.



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